
Algunas personas todavía sueñan con el curso milagroso al cual puedan asistir, sentarse y comenzar a conversar solo con que el profesor les hable en inglés sobre diferentes temas interesantes. No hay remedio inmediato para el que no sabe hablar inglés o necesita mejorarlo.
“Mi inglés es bueno; solo necesito mejorar mi fluidez.” ¿Cuántas veces escuchamos esto? Es un comentario frecuente en las pruebas de ubicación que realizo. Hay personas que vienen al centro expresando que no necesitan gramática sino conversación. Dicen tener buenas habilidades de lectura y escritura y que su problema es el miedo a hablar y la falta de vocabulario.
Si bien es cierto que hay elementos reales en lo que dicen, la entrevista que realizo suele confirmar que los problemas del estudiante al hablar inglés pueden resumirse en una sola palabra: estructura, o más bien la falta de ella. La mayoría de estas personas se sienten cómodas con el primer juego de preguntas donde se utilizan estructuras sencillas, pero a medida que progresa la entrevista y las respuestas requieren de gramática más compleja, las personas tienen dificultad en producir una respuesta coherente, aun cuando entienden el significado de la pregunta.
Muchos se sorprenden cuando les digo que su problema de fluidez es realmente un problema de (falta de) gramática. Al revisar algunas de sus respuestas, les muestro cómo esta falta de estructura les impide expresar sus ideas. Y es que el asunto es sencillo: para expresar ideas complejas, necesitas estructuras complejas. No todo lo que queremos expresar se puede decir usando los tiempos simples en el pasado, presente y futuro; en otras palabras, el conocimiento de estas estructuras no nos da la fluidez que buscamos.
A los estudiantes que buscan una clase de conversación, les pido que primero hagan la prueba de ubicación. Si la misma comprueba que necesitan más gramática, les sugiero que tomen un curso que les dé tanto la estructura que necesitan como la oportunidad de practicarla. Una buena clase comunicativa enseña las formas gramaticales y las conecta con su uso práctico en la vida real.
Y, sí, el aprendizaje implica estudio. Me comentaba un conocido que se pasaría por el centro porque estaba buscando un curso donde aprender inglés pero que ya no estaba en edad de estudiar. Sonreí. En el curso de inglés promedio en Panamá, un nivel se cubre entre 20 y 40 horas. El análisis más sencillo nos dice que esto no es suficiente. Los estudiantes tienen que estudiar en casa y deben procurarse oportunidades para practicar y ampliar su vocabulario y habilidades en general fuera del salón de clases. La intensidad del estudio dependerá del horario de la persona, pero todos los estudiantes tienen que encontrar un momento para estudiar.
Independientemente de que nuestros profesores están preparados para impartir su conocimiento de una manera participativa y entretenida, para aprender inglés hay que hacer un compromiso serio. Hay que hacer la diferencia entre tomar un curso para sacar un certificado y tomar un curso para aprovecharlo y aprender. Hay que hacer el tiempo y no esperar a que llegue el curso que se ajuste a nuestro tiempo libre. Hay que proponerse estudiar y aprender. No es fácil, pero nada que valga la pena realmente lo es. Olvidémonos del mito del curso indoloro, recuerden que ‘No pain, no gain!’
Por: Lizzie García de Paredes, MEd, MA TESOL / Academic Director
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